A dos segundos de la felicidad
Hay tristeza, mucha tristeza.
La soledad arranca las palabras
e imposibilita probar a ser dichoso.
Miedo a sentir la ternura,
miedo a dejarte arrastrar por una caricia.
Pero los besos de pergamino
jamás hacen sentir el deseo húmedo
donde se esconde el ámbar.
Las abejas enmudecen,
el sordo sonido del agua se calla,
todo queda en la piel,
un escalofrío,
apenas a dos segundos de la felicidad.
Para Sonia, ella sabe por qué.
2 comentarios
Fernando -
39escalones -
Abrazos