Las pequeñas cosas
En las ausencias de las pequeñas cosas
el dolor es manso, sutil, opaco.
Su bullicio nos hace pensar,
sentirnos extraños e indecisos ante su falta
y ante los caminos que nos llevaban a ellas a diario,
sin pretensiones, se vuelven insólitas preguntas.
Echamos de menos un vaso donde bebemos agua,
una cucharilla que nos removía el café,
la jarra que trajimos en un viaje,
el pequeño flexo azulado del cuarto de estudiar,
la almohada que sabe de nosotros
o ese cojín mullido donde dormían
las siestas nuestros sueños.
Aprendemos con el tiempo
que la vida también nos depara
el milagro de lo cotidiano.
2 comentarios
Fernando -
39escalones -
Un abrazo.