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fernandosarria

Tuvimos

Tuvimos la ciudad entregada

al ritmo indolente de nuestros pasos.

Nadie nos conocía,

y nuestras figuras

eran sombras

que apenas inquietaban.

Toda la ciudad entregada

al sutil resplandor de tu mirada,

como una extensa llanura de milagros.

 

4 comentarios

Fernando -

La ciudad no es el milagro Javier, el milagro somos nosotros, pero muchas veces no nos acordamos..un abrazo

Fernando -

Es quizás eso, nos rodea la gasa sutil de lo inmediato, superfluo y cotidiano y el milagro diario de vivir se nos escapa como el agua de la lluvia por los rincones del alma...un saludo a ti que miras..sabes, que hace tiempo escribía usando mucho lo del hombre que mira?

Javier López Clemente -

La ciudad de los milagros es una novela. En tu caso un poema. Ojalá yo pudiera convertirla en un relato.

Uno que mira -

Y un velo triste de cansancio entre la gente, que de tanto mirar con ojos viejos, se han olvidado de valorar el paraíso.