Tuvimos
Tuvimos la ciudad entregada
al ritmo indolente de nuestros pasos.
Nadie nos conocía,
y nuestras figuras
eran sombras
que apenas inquietaban.
Toda la ciudad entregada
al sutil resplandor de tu mirada,
como una extensa llanura de milagros.
Tuvimos la ciudad entregada
al ritmo indolente de nuestros pasos.
Nadie nos conocía,
y nuestras figuras
eran sombras
que apenas inquietaban.
Toda la ciudad entregada
al sutil resplandor de tu mirada,
como una extensa llanura de milagros.
4 comentarios
Fernando -
Fernando -
Javier López Clemente -
Uno que mira -