Llega la aurora
Llega la aurora en el vuelo blanco de las palomas
y en el revestido tul que la luz desperezada
dibuja en los edificios y en las avenidas.
Quizás tú te has despertado
siguiendo el reloj que conocen tus ojos
y me has dejado solo, dormido,
entregado al vano afán de encontrarte
entre las revueltas sábanas vacías.
Siento la soledad en los primeros segundos,
como el gong que despierta mi cuerpo
de una vana eternidad de sueños placenteros,
pero de inmediato oigo el runrún del exprimidor
e imagino tus manos haciendo el desayuno,
el primer milagro que nos reserva el día.
4 comentarios
Fernando -
M.M -
Mi despertar ha sido traumático, el niño no está, pero sí su despertador, el cabrón de él se levanta a las 7.30, aunque sea fiesta. Me ha tocado salir corriendo (no digo como) a apagarlo. Me ha agarrado un frío espantoso que ya no me he podido quitar (es lo que tienen las sábanas solitarias, aunque sean de pelito). Después he querido seguir recreándome en la búsqueda de calor y todo ha quedado en infructuosos intento. Así sigo, con frío, aunque el sol que entra por la ventana me dice que hace calor, como tu poema, es cálido.
Besos mañaneros.
Fernando -
Ybris -
Un abrazo.