Traigo tras la lluvia
Traigo tras la lluvia la mano delatora,
el remolino que en el aire deja un sueño,
la perdida inocencia de un niño
al ver en el cielo alejarse su cometa.
Casi se han apagado todas las luces
y se oyen las campanas lejanas
tañendo en la mañana.
Mientras, se abre paso
un runrún de espliego desbordando los montes,
el aroma que enardece los campos próximos,
como si la palabra no bastara para nosotros
ni nada haya más que nos conmueva,
que en el silencio, la esencia de un trozo de tierra,
o en mi caso, verte rehaciendo poco a poco,
el jardín donde reposan los atardeceres.
4 comentarios
Fernando -
am -
respecto al poema... lluvia, sueño, niño, campanas, silencio, atardecer... son palabras q leo a menudo en tu blog, verdad?
(pd: q triunfe mayo, sí, pero no en junio). :)
Fernando -
Javier -
otro abrazo para compartir.
Ya no me sobraba tiempo días atrás, pero ahora me falta sin duda bastante. Se lo robo al fin de semana... qué le vamos a hacer.