Vengo a buscarte en la noche
Vengo a buscarte en la noche
cuando tañen las horas del sueño
y no hay lugar a dulces palabras
ni a miradas de doble sentido.
Sólos frente a frente,
buscamos inexplorados continentes
que nuestra piel esconde,
donde con el ansía de nuestro deseo
nos quemamos como encendidas teas,
sin tiempo a la caricia,
sin lugar al reposo ni a la contemplación.
Te derramas en pequeños quejidos
que alargan asombradas las auroras,
ahuyentando la penumbra
y trayendo junto a la cama deshecha
las primeras luces del alba
De nuestro amor sólo queda el recuerdo,
adormecido el deseo,
la fatiga de un adiós
hace torpes despedidas
de nuestra nueva ausencia...
Y sigue la vida.
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