Poema de Rafael Lobarte
De mi amigo Rafael Lobarte este poema
Madrugada (febrero 1988)
Entre una y otra antorcha,
rojo de amanecer, negro de ocaso,
el río se desliza
por un cielo aterido
que la luna ahonda.
Del holocausto vivamente se alzan
los restos de la víctima.
La aurora los dispersa
por el aire varado
sobre las aguas turbias.
Y la noche se torna
a la hondura del sueño,
en su lenta agonía
de miembros consumados.
Entre una y otra antorcha
se desliza el río
quieto de amanecer, frío de ocaso.
12 comentarios
Fernando -
Magda -
Creo que hoy amanecí con ganas de hablar de porqués analíticos literarios ;)
Fernando -
Sorrow -
Lo de primitivo y ritual es lo que me ha sugerido el poema. Como yo no vivo en Zaragoza, mi imaginación me ha llevado más lejos, y los versos me han hablado de otros mundos y otros tiempos.
Por cierto, que navegando me he encontrado contigo explicando el retablo ese que ahora no me acuerdo cmo se llama, jeje. Qué extraño me resulta tener una imagen de ti más allá de tus palabras. Supongo que nos sorprenderíamos si de pronto nos viésemos todos las caras ¿verdad?
Fernando -
Fernando -
Fernando -
Sorrow -
Un beso.
isabelbarcelo -
Magda -
Estoy leyendo un libro de Proust FASCINANTE, habla de esto precisamente, de las sensaciones... Caundo me sea posible lo comentaré (el trabajo se me vino encima -y mero me oprime- por estar en esto del blog).
Fernando -
Magda -
Un abrazo, Fernando.