Nácar de silencios
Nácar de silencios,
en tu vientre mis manos
anidan las voces quedas
de los pájaros silvestres,
y el mundo se detiene
en su curso de río impredecible,
para ahuyentar con tu piel
el último vestigio
que de la soledad me acecha.
Nácar de silencios,
en tu vientre mis manos
anidan las voces quedas
de los pájaros silvestres,
y el mundo se detiene
en su curso de río impredecible,
para ahuyentar con tu piel
el último vestigio
que de la soledad me acecha.
2 comentarios
Fernando -
Ybris -
No es extraño que el mundo se detenga y la soledad no deje ni sus huellas.
Excelente.
Un abrazo.