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fernandosarria

En mi mano abierta cabe el atardecer

En mi mano abierta cabe el atardecer,
el último suspiro de la luz.
Tú dejaste que el silencio
fuera amante húmedo
de tus ojos, y templaste el tiempo
con un racimo de encadenada lluvia.
En los charcos, violetas encendidas
se arremolinaban en los pies
y un reguero de ardiente fuego
siguió nuestro camino.

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