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FotoPoemas

FotoPoema - 34

FotoPoema - 34

La máquina del tiempo II

 

¡Quién pudiera sujetar los incontables hilos de los días!

Nada. Tan sólo un reguero de olvidadas hebras.

Briznas de una hierba seca, de un tiempo perdido,

de todo el dolor que nunca se fue.

Y en la memoria las perennes huellas de tu vida.

 

© 2006 fotografía Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 33

FotoPoema - 33

 

La máquina del tiempo I

 

 

Te hubiera amado más.

Más todavía de lo que lo he hecho.

Hubiera recorrido los últimos parajes

donde tu voz recogió mis versos,

y en el momento exacto en que te fueras,

ya alejada de mi vida,

todas las palabras de mi amor

te seguirían,

recogidas en el vagón de los recuerdos.

 

(© 2006 fotografía Miguel Angel Latorre)

FotoPoema - 32

FotoPoema - 32


Azules IV

Un día seré sombra.
El aire que ahora ocupo
ventilará otra vida.
Entonces, desde el lejano sueño
en el que habite,
me acercaré a ti,
y en el azul imposible
al que tus aguas se someten,
me despediré de tu cuerpo y tus lisonjas.
Oculto de miradas indiscretas,
y alumbrado por la luz
perecedera de las estrellas
y el murmullo imperturbable
de tus olas,
volveré a ser yo,
el amante que nunca te olvidó.


©: 2006 fotografía Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 31

FotoPoema - 31

Azules III

Amor, he buscado en ti
hasta hundirme en el regazo
húmedo de tus sueños.
Y muerta mi voluntad
sólo soy la sombra huidiza y terrible
de mí mismo,
piedra silenciosa anclada a ti.


© 2006 fotografía Miguel Angel Latorre

FotoPoema -30

FotoPoema -30

Azules II

Sí, eres el mar.
Ando desnudo por tus aguas,
empapado de tu azul disconforme,
como arena
arrastrado entre tus olas.
Y te busco en el profundo silencio.
En la eterna música
de las mareas.
En la llamada
y el pálpito del horizonte.


© 2066 fotografía Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 29

FotoPoema - 29


Azules I


Si un día me olvido de tu amor
y miro la transparente imagen
que de ti tiene el mundo.
Si te veo con los ojos
del tiempo y del silencio
y oigo sólo la música lejana
que tras el atardecer trae la noche.
Ven a mí. Cruza los perdidos senderos
y dame, en el recuerdo y la nostalgia,
el húmedo beso de tu amor
y de tu geografía.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

Agradezco en lo que vale (que es mucho) la colaboración de Miguel Angel Latorre, gracias a cuyas fotografías vuelven a este blog los FotoPoemas

FotoPoema - 28

FotoPoema - 28

Marina IX
¡Deshecho corazón!.
De este vértigo incesante
creces en mi oscuro sueño
como la soledad que me susurra.
Eres la mano húmeda
que blande la espada y la traición,
el jinete que al galope me persigue
entre las nubes y la sabara del día.
Desde el acantilado donde se escapa mi ventura
me llama tu voz de bajel errante
como un imán frenético e insondable
hacia el sombrío azul del imperturbable océano.


©: fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 27

FotoPoema - 27

Marina VIII

Soy una isla.
Abandonada a ti,
sólo el recuerdo
del amor que tuve,
vivido entre mis rocas,
sigue al lento
caminar de mi existencia.
Eres carcelero de mi soledad,
y me agobias con tu constante celo
recorriendo mis entrañas
con tu mirada húmeda.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 26

FotoPoema - 26

Marina VII

Despertaré y te habrás ido,
cruzando el largo sendero
que siembra el horizonte.
No hay bajel que olvide tu paso
ni la ponderada mano que lo guía.
¡Que soledad huyendo en la penumbra!
Todo abandono es un olvido
naciendo en las yemas del deseo
y ni la humedad que tu amor arrastra
guarda en mi memoria tu recuerdo.

©, fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 25

FotoPoema - 25

Marina VI

Nada hay de ti que mi corazón no sepa
cuando te miro desde el preámbulo de un beso.
Mi amor vence la eterna distancia
y la espera de tu cuerpo entre mis brazos,
y desde el alto lugar en que te veo
lanzo el vuelo de los pájaros
y el viento salado hacia ti,
mientras este inmenso océano
que en las mareas
nos junta y nos confunde
sigue adormeciendo nuestra esperanza.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 24

FotoPoema - 24

Marina V

Canta tu voz,
melódica medusa,
y yo me estremezco
ante tus dedos húmedos.
¿Qué adarce de tus ojos
violan mis entrañas?
Sumido en el fuego de tu cuerpo
me atas a tí con la branza
que me condena a amarte,
cada día, de hoy
hasta la eternidad del mundo.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 23

FotoPoema - 23

Marina IV

Llegas a mí cada día
e inundas mi existencia
con tu infatigable
y desesperada soledad.
Eres salvaje,
amante precisa,
voluptuosa,
vestida con tu húmeda elegancia,
tu piel y la mía se mezclan
en un sueño de horas.

Y te vas sin mirar atrás,
dejando tu generoso recuerdo
en mi agotado cuerpo.
Mientras eres silueta en el horizonte,
te dibujas en mi esperanza
y en el anhelo de tu posterior regreso.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 22

FotoPoema - 22

Marina III

Deja que el vacío me contemple.
El sueño derrumbado de tus ojos
refleja una mirada que recuerdo.
Encierro entre mis manos
los pájaros del día,
plumas que en la tarde
aligeran el aire
y son ceniza que el viento arrastra.
Perdido en la húmeda arena,
recorro sin transición mi vida
y en el filo de la proxima marea
las huellas de mi paso
serán el venidero olvido
al que me aferro.


  fotografia 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 21

FotoPoema - 21

Marina II

Tengo en mis ojos la imagen azul de tu figura
regresando desde el oscuro amanecer.
Venias rompiendo la niebla
y alumbrando el esfuerzo de la noche
entre los sombrios compañeros.

¿Marinero o albatros
sobrevolando las aguas?
Sigo mirando el horizonte,
esperando que la soledad del océano
te permita volver desde la nada
en que ahora habitas,
profundo silencio,
y desde lejos sentir la sirena de tu barco
y tu risa anegándolo todo.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 20

FotoPoema - 20

Marina I

Solitario y desnudo
habito los confines de tu olvido.
Insondable, tu nombre me persigue,
pero yo soy para tí, nada,
el recuerdo de un suspiro
o una sombra que pasa.
En este laberinto miro el océano
y el bramido del agua
es como el fuego de mi abandonada alma.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 19

FotoPoema - 19

Piedra V

Sobre ti la luz tornasolada del atardecer
y el viento gime bajo tus huidizas manos.
Llueve bajo el adiós del sol,
pero no es frágil tu figura
pues tus pasos ahondan
en mi corazón olvidado.
Habitas con tu mirada el cielo
y siempre esperas el vuelo de los pájaros
para viajar con ellos
a un mundo recóndito de enigmas.


© Fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 18

FotoPoema - 18

Piedra IV

En mi corazón cabe la pena.
En mi dureza extrema
crezco en quebrado surco de emociones.
Herido en todo lo que tengo,
sólo la soledad alumbra con su canto
las inacabables noches de olvidos y silencios.
Aquí, en los confines de ninguna parte
tengo ante mis ojos el paso de las nubes
y el ligero canto y vuelo de los pájaros
como única alegría.
Inmutable es la rueda de la vida
y al final el sueño es el roce de una mano,
el suave beso de los pasos, la caricia.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 17

FotoPoema - 17

Piedra III

Resumo mi existencia
y en cada página
que paso apareces tú.
Llenas el fértil momento
con el aroma de tu presencia.
El aire que respiro,
el color carmesí del atardecer,
la noche cobijada en los pliegues
del susurro y el silencio,
el amanecer derrumbado
en un azulado sueño,
todo lo que he sido, todo lo que fui
lleva el suave toque de tus manos,
el libán de tu cuerpo y de tu sombra,
bálsamo de heridas
y enarbolada bandera
donde mi vida queda tendida.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 16

FotoPoema - 16

Piedra II

Mi cuerpo es una roca olvidada,
abierta al amparo de tus manos.
En ella tú dibujas mi vida
con la gubía del tiempo
y con el dolor de una caricia.
Tus labios besan mis heridas.
En su canción llega la noche,
atrapada en el viento y engarzada
en un racimo de intinerantes astros.


© fotografía 2006 Miguel Angel Latorre

FotoPoema - 15

FotoPoema - 15

Piedra I

De tu pliegue oscuro
soporto la ira con que el viento te agita.

Nube de mis días, zozobro en la noche,
si arrastras mis sueños
por tantos caminos que ya he recorrido.
Senderos del olvido que horadan mi alma
cada vez que con tus ojos me llamas
y yo ciego te sigo al infinito.

Al final estoy solo.
Solitario en el tiempo,
sin más razón de ser
que el roce continuo de tu indiferencia.


© Fotografía 2006 Miguel Angel Latorre