Todavía queda tiempo
Todavía queda tiempo:
la eternidad es un veneno
que no deja lugar al sueño.
Mi corazón siembra,
pálpito a pálpito,
tu deseado camino
con las rojas gotas de mi sangre,
dandote la luz
que el viento arrastra.
Salvaje e incontenible,
mi voz te susurra,
por los rincones del alba,
la esperanza, el anhelo
prendido a la palabra.
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