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fernandosarria

Poema de Dolan Mor

             

               Arte Poética

"No hables en tus poemas del ruiseñor

de Wilde, ni menciones amor, perfume, labio o rosa"

-me dice en los manuales Ariel Rivadeneira-

y yo evito poner en cada verso escrito

un ala, algún jardín, la luna de Virgilio,

y hasta a veces me niego, sentado

en el alféizar, a mirar las heladas

del invierno en España, porque queman

las ramas de los árboles todos y la niebla

me invita a escribir con nostalgia

"y ese signo, nostalgia, -me dicen

los manuales- es señal del pasado,

y se debe escribir sin alma, con estilo,

igual que si torcieras el cuello

de una garza con desprecio en tus dedos".

"Habla de cibernética y de física cuántica,

menciona blog, pantalla, correos

electrónicos" -me aconsejan los críticos-.

Y yo sumo las cifras o despejo ecuaciones,

digo leyes, neones, sistemas invisibles

que arman genios, científicos.

También menciono genes, vídeos,

ordenadores, y hay instantes, incluso,

que hablo sin meditar y construyo asonantes

al decir aeropuertos, submarinos, aviones

y algún laboratorio (...), móviles, cines, clones.

Pero aunque logre versos posmodernos

siguiendo los consejos de sabios

que hablan de poesía como hablar

de la historia, de mercados, teoremas

que establecen los pliegues en las cuerdas

del tiempo, no he logrado escribir

el poema perfecto, e incluso

cuando leo alguna línea aislada

de Wilde entre las sábanas, y todos

mis maestros (con diplomas de masters,

y perfil de doctores) se divierten

en bares o en los pubs de internet,

yo lloro como dama sin remedio

y me jode el viejo de Quevedo,

y me arriesgo, en la cama, a que digan

los críticos en los post o en revistas:

"¡qué anticuado y qué griego se volvió

Dolan Mor leyendo a los antiguos!,

si hasta le creció un día, encima

de las cejas, (en lugar de la gorra

ladeada sobre un piercing) un ramo

de laurel...

Pero logró dos cosas: pasar

imperceptible delante de los hombres,

como dijo Epicuro, y escribir con la espalda

inclinada en la hoja, sin cederle la mano

al influjo variable del tiempo y de las modas".

© Dolan Mor

Dolan Mor (Cuba, 1968). Poeta y narrador.  Autor de los libros El plagio de Bosternag (2004), Las historias de Jonathan Cover (2005), y Seda para tu cuello (2006).

Desde el año 1999 vive  en España.

  

PD. Estoy de acuerdo con Dolan, oyendo a otro poeta ayer, Mario Campaña, del cual os pondré pronto algún poema, defendía el lenguaje poético, las palabras y su campo semántico, como algo en continuo retroceso, una lucha que desde mi humilde rincón yo también reivindico.

2 comentarios

Fernando -

Estoy de acuerdo...pero es triste tener que dejar constancia de tus ideas para que se te entienda y te acepten..besos

Luisa -

Es un poema muy interesante éste de Dolan, porque plantea justamente una dicotomía siempre presente y, quizás, como casi siempre, la solución ande en el medio camino: llegar desde los clásicos y aprender el lenguaje de este tiempo. Aunque nunca, como él bien dice, ceder sin más ante las modas.