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fernandosarria

No sé

No sé en que línea de tu mano andan mis recuerdos,

ni donde has dejado olvidado el sabor de mis labios.

Presiento en tu cuerpo vencida la llama.

La batalla cercada por el frío.

Un recorrido largo de oscura soledad

y el silencio en los poros de tu piel

con todas las palabras derramadas.

Las caricias de tus dedos,

sueños de guitarras que sonaban,

eran marejadas de olas

y el deleite de mis ojos ciegos,

ahora tan apenas se demoran en mi pelo

como si el aire fatigase tus anhelos.

Tengo un fuego abatido por tu boca

y de esas errantes cenizas,

sólo hoy me queda,

el amargo sabor de la derrota

y tu mirada, alejada y perdida,

como arrastrada por la blanca barca de la luna.

 

6 comentarios

Fernando -

Creo Inma que casi nunca, pero como digo es poesía...la vida real ya sabemos que es a veces diferente..un beso

lamima -

Una forma hermosa de asumir una ruptura, serena diría yo. El fuego ya no existe, solo sus cenizas en la huella de unas manos, y nada más.
Supongo que no siempre se logra esa templanza.

Fernando -

Gracias M.M.,pero sobre todo no quiero que te aplastes de ninguna de las maneras...si te sirve de algo lo más importante al final de las cosas es lo que se dice...aunque también tiene su interés como se dice, en poesía lo único que intento es crear emociones como ya me he repetido muchas veces...un beso con mucho ruido....

Fernando -

En este caso el poema guarda las primeras fases de una ruptura, pero podría caminar hacia muchos lados...la confirmación de una realidad a veces es asumible o no, pero como siempre son palabras...la realidad suele ser bastante más dura, pero en la poesía creo más en el juego sutil de las palabras que en las afirmaciones categóricas...un abrazo amigo.

M.M -

Precioso, helo aquí, del frío al calor y a las cenizas...con guitarra.
El primer verso es demasié colega, no sé si al leer tus poemas, genio del verso, me elevo o el fantasmilla de poetisa que llevo dentro se aplasta cual colilla en cenicero...muac.

Ybris -

Fue delicioso el amor.
Su recuerdo es aceptablemente amable.
Pero la actualidad de su huella es de ceniza.

¿Habrá de ser siempre así en la emoción del poema?

Abrazos